En una relación, la presencia de dos personalidades diferentes a menudo lleva a desacuerdos y conflictos. Una lectora compartió su historia sobre cómo enfrentar este desafío y los intentos que hizo para salvar la brecha.
Una joven de 25 años está comprometida con su pareja de 27 años. Han pasado tiempo juntos durante dos años, pero sus intereses son notablemente diferentes. Mientras que el novio disfruta pasar largas horas en el mundo virtual, el ámbito de los videojuegos es un territorio desconocido para la mujer.
Inicialmente, la mujer decidió hacer un esfuerzo por interesarse en el mundo de los videojuegos para conectar con su pareja. Desafortunadamente, no obtuvo los resultados esperados. Al contrario, cuando la mujer intentó unirse al juego, su presencia pasó desapercibida y se sintió invisible. Además, su falta de habilidad generó impaciencia por parte de su novio y acusaciones de desinterés.
Esta situación ha causado muchas discusiones y la mujer siente que no puede ganar. Por un lado, está tratando de interesarse por las pasiones de su pareja, pero por otro lado, no recibe ninguna reciprocidad. Él no está dispuesto a intentar algo que es importante para ella.
Es claro que no todos necesitan ser talentosos en todas las áreas. En una relación, ambos miembros deberían mostrar interés y comprensión por las pasiones del otro. En este caso, el novio culpa a la novia por no poder jugar videojuegos, pero él no está dispuesto a hacer concesiones.
Todo esto sugiere que podría valer la pena buscar un nuevo interés compartido que ambos puedan probar. Después de todo, en una relación saludable, no se trata solo de lo que los une, sino también de los intereses individuales. Además, a menudo nos sentimos atraídos por personas que tienen sus propias pasiones. Son precisamente esas pasiones las que nos hacen únicos e interesantes como parejas.