El juego no lanzado «Roman Wars» de Activision deleita a los jugadores con guerras antiguas
La conocida franquicia de «Call of Duty» de Activision siempre ha estado asociada con la guerra moderna, pero hubo un momento en el que los desarrolladores del juego jugaron con la idea de explorar una era completamente diferente. A finales de la década de 2000, el estudio propiedad de Activision, Vicarious Visions, se embarcó en un ambicioso proyecto para crear una demo de un juego de «CoD» ambientado en la era romana, llamado de forma apropiada «Roman Wars».
«Roman Wars» prometía una experiencia única, combinando épicas batallas en tercera persona con inmersivos segmentos de gladiadores en primera persona. Los jugadores habrían tenido la oportunidad de montar a caballo y comandar elefantes de guerra mientras asediaban estructuras imponentes repletas de enemigos. En este entorno histórico, el combate con espadas y escudos constituía la base de la jugabilidad, pero los desarrolladores querían añadir elementos tácticos únicos, como la capacidad de usar arcos o sorprender a los oponentes arrojándoles arena en los ojos antes de atacar.
A pesar de su prometedora demo, «Roman Wars» nunca avanzó más allá de la etapa de prototipo, incluso después de ser presentado como un juego independiente tras la eliminación de la licencia de «CoD». El concepto incluso llegó al escritorio del entonces CEO Bobby Kotick, y se habló de lanzarlo como un título exclusivo para la consola Xbox One. Sin embargo, preocupaciones sobre diluir la esencia principal de la marca «CoD» llevaron en última instancia a la desaparición del juego.
Aunque «Roman Wars» puede que nunca haya visto la luz del día, sigue siendo un testimonio de la creatividad e imaginación de los desarrolladores de videojuegos. La perspectiva tentadora de adentrarse en la guerra antigua y experimentar la grandeza del Imperio Romano todavía perdura en la mente de los jugadores, generando especulaciones sobre lo que podría haber sido. Si bien «Roman Wars» puede haber sido relegado al reino de los sueños no realizados, su legado sirve como recordatorio de que la industria del videojuego siempre está dispuesta a aventurarse en territorios inexplorados, empujando los límites de lo que es posible en los reinos virtuales.
