Frank McDougall
Los juegos de creación y supervivencia han dominado la escena de los videojuegos de PC durante más de una década, desde la explosiva popularidad de Minecraft. Estos juegos, caracterizados por sus entornos de mundo abierto generados proceduralmente y el énfasis en recolectar y crear materiales, han cautivado la imaginación de jugadores de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su duradera atracción, los mecanismos de creación en estos juegos a menudo han quedado cortos en ofrecer una experiencia atractiva.
En los primeros días de Minecraft, la creación era un proceso novedoso y misterioso. Los jugadores tenían que descubrir las recetas por sí mismos, confiando en la experimentación y descubrimientos compartidos entre amigos. Era un elemento del juego que despertaba nostalgia por una época en la que los secretos de un nuevo juego no estaban fácilmente disponibles en wikis.
Desafortunadamente, a medida que evolucionaba el género de creación y supervivencia, la creación en sí se convirtió en una tarea rutinaria. A los jugadores se les presentan interfaces que dejan poco espacio para la interacción o la creatividad. Ha degenerado en una rutina monótona de seleccionar elementos de una lista, presionar unos pocos botones y esperar a que el proceso se complete. La creación se ha convertido en una simple casilla que marcar, desprovista de la alegría y satisfacción que una vez traía consigo.
Incluso Minecraft, el juego que popularizó el género, ha introducido una función de rellenado automático en su libro de recetas, alejando aún más a los jugadores del proceso práctico de la creación. Mientras que juegos como Valheim y Palworld continúan innovando en el aspecto de supervivencia de la creación y supervivencia, el acto real de creación sigue siendo poco inspirador.
Sin embargo, han surgido destellos de esperanza desde lugares inesperados. Potion Craft, por ejemplo, ofrece una experiencia inmersiva donde los jugadores físicamente machacan ingredientes y revuelven un caldero para crear pociones. De manera similar, Kynseed y Palia han incorporado minijuegos para actividades como cocinar, añadiendo una capa de interacción a un proceso de otra manera mundano.
Los juegos de creación tienen el potencial de ser algo más que simples menús tediosos. Es hora de que los desarrolladores reimaginen el género y transformen la creación en una actividad agradable e interactiva. Ya sea a través de experiencias táctiles o mecánicas de juego innovadoras, hay espacio para la innovación en este aspecto de los juegos de creación y supervivencia. A medida que los jugadores anhelan una experiencia de creación más significativa, le corresponde a los desarrolladores afrontar el desafío y darle nueva vida al género.
