Nueva demanda presentada por los padres de las víctimas del tiroteo de Uvalde
El trágico tiroteo escolar en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, que captó la atención mundial en 2022, vuelve a estar en los titulares. Dos años después, los padres que perdieron a sus hijos ese día están presentando una demanda contra Activision, la editorial del popular juego Call of Duty. También están demandando a los fabricantes del arma utilizada por el tirador y a Meta, una empresa de redes sociales.
Los padres de Uvalde afirman que hay un vínculo directo entre las acciones de estas empresas y el tiroteo escolar. Argumentan que el tirador fue expuesto al arma a través del juego, lo que lo condicionó a verla como una solución a sus problemas y lo entrenó para usarla. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no ha habido evidencia concreta que demuestre que los videojuegos inciten a la violencia.
La Asociación de Software de Entretenimiento (ESA) ha respondido a las acusaciones, declarando que desalientan acusaciones infundadas que desvían la atención de abordar las causas fundamentales de tales tragedias. Hacen hincapié en la necesidad de centrarse en los problemas subyacentes en lugar de culpar a los videojuegos.
La demanda alega que el tirador de Uvalde había estado jugando juegos de Call of Duty durante años, incluido uno que presentaba el rifle exacto utilizado en el tiroteo. Activision expresó su profunda simpatía por las familias afectadas por el acto de violencia sin sentido y señaló que millones de personas en todo el mundo disfrutan de videojuegos sin recurrir a actos tan horribles.
Aunque las afirmaciones de que los videojuegos alimentan la violencia han persistido durante años, no han tenido mucho éxito debido a la falta de evidencia sustancial. La ESA nos recuerda acertadamente que existen problemas sociales más profundos que necesitan ser abordados para prevenir futuras tragedias.
Es crucial abordar el tema de la violencia con la mente abierta y considerar cuidadosamente todos los factores potenciales que contribuyen a tales actos. Culpar solo a los videojuegos simplifica demasiado el problema y desvía la atención de las complejas causas fundamentales que requieren nuestra atención.
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