Arthur Herring
Neuralink, la innovadora empresa de interfaces cerebro-computadora liderada por Elon Musk, ha logrado avances significativos en el desarrollo de su tecnología de implantes. En un anuncio reciente, se reveló que el segundo receptor del implante de Neuralink ha utilizado con éxito el chip para diseñar objetos en 3D e incluso jugar al popular videojuego Counter-Strike 2.
A diferencia del primer receptor, Noland Arbaugh, quien experimentó algunos problemas con el implante, el nuevo paciente, Alex, no ha tenido contratiempos. Alex, que anteriormente dependía de un joystick operado con la boca para jugar, encontró alegría en jugar a juegos de disparos en primera persona que requieren gestionar múltiples entradas.
El implante de Neuralink ha revolucionado la experiencia de juego de Alex al permitirle controlar el juego con sus pensamientos. Con la capacidad de apuntar y moverse sin problemas, Alex expresó su emoción, diciendo: «Solo correr es tan agradable porque puedo mirar hacia los lados y no necesito mover un joystick de izquierda a derecha… Puedo [pensar en dónde] mirar y va a donde quiero. Es increíble».
Mientras que las capacidades actuales de Neuralink permiten a los usuarios controlar cursores de computadoras, la empresa tiene planes ambiciosos de expandir su interfaz cerebro-computadora, conocida como Link. Las actualizaciones futuras tienen como objetivo permitir a los usuarios controlar simultáneamente múltiples dispositivos y aumentar la velocidad de escritura solo con el pensamiento.
Elon Musk, la mente visionaria detrás de Neuralink, visualiza un futuro en el que los implantes de Neuralink se vuelvan comunes. Predice que a medida que el progreso continúe, cientos de personas podrían tener Neuralinks en pocos años, decenas de miles en cinco años y potencialmente millones en una década.
Los avances logrados por Neuralink tienen un enorme potencial no solo para la industria del juego, sino también para personas con discapacidades que podrían beneficiarse de un control y funcionalidad mejorados. A medida que la tecnología continúe evolucionando, podemos esperar posibilidades aún mayores para la interacción humano-computadora e integración en un futuro cercano.
